| Renunciar a ti
Por: Tetsu87
Dedicatoria: Para Carito *-* aquí esta SAKUHAI *.*, ojala te sientas mejor, porque eres una persona genial, bueno, un kiss pa ute *O*.
Tuve la oportunidad pero la deje escapar, otra vez vi la felicidad de los demás ante mi felicidad y renuncié a ti. ¿Cómo sucedió? No lo sé, lo único seguro es que me dolió, me partí en dos y sentí como mi cuerpo se desgarraba ante la cruel verdad. Te dejé, lo sé, pero también tú me dejaste a mí.
Apenas y recuerdo aquel día que te vi, que te conocí, borroso en el tiempo y tuve la oportunidad mil veces de vivirlo, no preguntes como ni por qué, pero simplemente me rehusé y tomé el camino que tomé siempre sin pensar en ti o en mí.
Tetchan siempre me decía que a veces la mente y el corazón te juegan malas pasadas, y tenía tanta razón, él fue mi consejero durante todos estos años donde L’arc~en~ciel mantuvo viva la esperanza de varias bandas indie que deseaban con alcanzar el éxito. Empezamos él, yo, Pero y Hiro, una banda bastante dispareja donde los dos últimos tiraban para el lado opuesto al nuestro, lo que hizo que Hiroshi renunciara y Ken tomara su puesto en la guitarra.
Luego Pero también se cansó y entraste tú a mi vida, con aquella sonrisa y el negro que te caracterizaba y que a Ken le agradaba porque te hacía ver más METAL.
Enseguida congeniaron los tres, pero yo me sentía excluido y poco a poco Tetsu tomó mi mano y me acercó a ti, haciéndome ver de la clase de persona que eras y que no tenía que tener miedo a las nuevas amistades, que me acercara y tú te encargarías de cobijarme debajo de tus alas, esas alas oscuras de ángel negro que solías tener y las cuales me encantaban.
Debo admitirlo, me enamoré de ti y tenía miedo de ese amor que sentía, que no fuera correspondido y que me rechazaras. Pensaras que soy un imbécil, un idiota sin remedio y así lo soy. En los lives al interior evitaba dormir en tu cuarto y terminaba con Ken o con Tetsu, aunque sufría los tormentos de Ken hablando todo el día hasta no poder más y dándole a su guitarra componiendo alguna estúpida canción, pero él se divertía. Tetsu por tanto roncaba, se movía y me volvía completamente loco, pero aun así prefería a esos dos que tener que enfrentar los temores de mi corazón y sufrir con el veneno de la realidad.
No dormía, no podía ni siquiera comer y eso me llevó a la depresión, a una donde no quería salir, donde mis ojos empezaban a lagrimear apenas recordaba tu nombre u oía tu voz cerca de mi. No quería vivir más este tormento por lo cual te lo dije, o más bien te lo grité.
“TE AMO”
Recuerdo que te dije:
“TE AMO DEMASIADO, IMBÉCIL”
Repetí. Ni siquiera yo sabía lo que decía en medio de ese ensayo donde Ken casi suelta su guitarra y esta casi impacta contra el piso, donde Tetsu abrió tan grande la boca que podía entrar un pájaro en ella, donde tú, mi amor, me observabas con una mirada casi sin expresión.
No sé cuanto esperé, tal vez minutos, horas, días, años; para mi fueron vidas completas las que aguardaba en la soledad de mi cuarto cuando entraste y me respondiste un “Yo también” y sin lugar a dudas te besé como yo sólo te he besado.
Ahora viene la parte más escabrosa de la carta y era cuando nos dejaste, consumado en la droga que ni sé si consumías o no, o si planeabas dejarla o dejarnos, eso ya no importa, pero te fuiste de mí, de mi lado y el de nosotros, tus amigos. No confiaste en tu banda, en tu grupo, y preferiste dejar todo atrás, toda la carrera que estábamos cosechando por un capricho tuyo, ante mis gritos de furia donde casi rompo tu batería frente a tu rostro, pero Tetchan y Kenchan me detuvieron diciendo que tal vez este era el fin de Laruku.
¿No pensaste en mi esos meses donde tu vida corría contra la corriente? ¿No? ¿Por qué? ¿No era especial para ti? ¿O sólo fui un juguete más de tu colección? Cualquiera de estas preguntas sólo interesa la respuesta, pero un gran silencio se formó y nadie estaba allí para contestarme, mientras en penumbras construía pequeños muñecos de plástico en la soledad de mi casa y de mi cama.
Un llamado y viví de nuevo cuando Tetsu me recibió en sus brazos y luego Ken, diciéndome que Laruku volvía pero sin ti, en compañía de un escuálido jovencito que tú mismo nos recomendaste. Yukihiro Awaji es una gran persona, tenía siempre una sonrisa –algo amarga debido al rechazo del público que te aclamaba–, una palabra de aliento o simplemente una palmadita en la espalda que ayudaba.
Tetsuya se veía realmente feliz cuando lo presentó en sociedad, y Ken también pues sus ganas de vivir de la música había vuelto acompañando a su batería con su guitarra y a su corazón con su corazón, pues más tarde descubrí en los ojos de ambos un gran amor que se convirtió en verdad cuando un día llevándole café a Tetchan los vi declarándose mutuamente su amor en uno de los cuartos, donde seguramente luego pasaron más cosas.
Te soy sincero, tenía en mí el poder para regresar el tiempo atrás, no me digas cómo pero lo tenía, y aun así no quise, no frente a estos hechos. Si tú estarías aquí con nosotros, Yukki jamás hubiera llenado el vacío de Ken, y no sería feliz.
¿Por qué hacer renunciar un amor que es como el nuestro por nosotros? ¿Serías feliz sabiendo que por tú felicidad le arruinar la felicidad a Ken? ¿Lo serías? Seguramente no, pues Ken ha sido tu colega y quien te dio refugio luego de tu caída de nuestro grupo.
Bueno, no tengo más que agregar, sólo que renuncié a ti no por mi, sino por ti, aunque suene repetitivo en una relación de pareja. Es la verdad, aquí lo demostré, y a la vez, tampoco renuncié a ti por ti, sino por ellos, por mis amigos que amo y aprecio.
Sakura, perdóname, pero este era el único camino claro para los dos. Lamento no poder abrazarte ahora y decirte que aun te amo, pues me casé con esa mujer para olvidarte, para olvidarme de ti, y aun con un pequeño hijo no lo consigo.
Lo siento Sakura, por este amor que no pudo ser.
Perdóname por RENUNCIAR A TI.
Hyde
FIN
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