Laruku no Tenshi

Cartas de amor (Kenki)

« Older   Newer »
  Share  
Tetsu87
view post Posted on 17/2/2009, 02:29




Fic hecho por Shin89 y tb por mi -.¬ aunque el lo niege, me amenaza. KENKI - HAITSU LEVE.

:::::::::::


Titulo: Cartas de amor.

Género: Romance – Yaoi.

Summary: De repente a Yukki le llegan extrañas cartas de amor, eso puede generar dudas, conflictos internos y externos, pero sobre toda las cosas, una pasión que será difícil de olvidar.



Cartas de Amor



Era invierno del 2003. El frío era espeluznante y la neblina no dejaba ver a nadie lo que ocurría frente a sus ojos. Un auto prendió sus luces para, aunque sea ver un poco del movimiento que ocurría a metros de él, sintió una brisa helada pasar por su espalda e instintivamente tomó mejor su abrigo para acomodarlo, y se colocó la capucha del mismo. Nunca había sentido un frío tan monstruoso, que amenazaba con hacer nevar.
Miró su reloj de muñeca, eran las diez de la mañana, seguramente los chicos estarían esperándolo en el estudio para comenzar la grabación del nuevo álbum. Suspiró. Era la primera vez que llegaría tarde a una grabación por culpa de ese tráfico y la maldita niebla que no quería ceder.
Tomó con su mano el cambio para poner el auto en primera y apretar el acelerador suavemente. Hizo aproximadamente dos cuadras y estacionó; ¡tanto tiempo por dos cuadras!
Últimamente las cosas no le estaban saliendo bien, suspiró cansado, se sentía tan triste, tan bajo, por un momento hasta sus amigos lo habían notado, algo faltaba en su vida, el sueño, un nuevo amor, unas palabras dulces, algo que le hiciera recordar que valía la pena estar vivo.

Bajó del auto, pero antes se quitó el cinturón de seguridad y se acomodó mejor la bufanda que llevaba puesta. Con un simple movimiento arregló todo ese pesado abrigo y cerró la puerta del auto, caminando con los brazos debajo de las axilas para mantener el calor mientras tiritaba del frío. Las puertas eléctricas se abrieron e ingresó al lugar cálido, por lo pronto se quitó el abrigo colocándolo en un perchero cerca de él.

Suspiró y caminó hacia el ascensor donde se subió y esperó hasta llegar a destino, las puertas del mismo se abrieron dejando ver un pasillo amplio y caminó hasta llegar a uno de los estudios, al abrir la puerta se sorprendió al no ver a nadie.

- ¿Hm? ¿Chicos? – preguntó con incredulidad, pero no había nadie en aquel lugar. Miró el reloj que se encontraba en la pared del estudio y efectivamente eran las diez y diez de la mañana. Hizo una mueca de fastidio, si bien recordaba hoy debían continuar grabando el álbum pero nadie se apareció por ahí.


Caminó unos pasos apenas para encontrarse con una hermosa mesa de cristal, y encima de la misma un ramo de flores y una tarjeta. Miró para ambos lados y tomó la tarjeta cuidadosamente para ver a quien se les era entregadas. Seguramente a Hyde, el siempre recibía este tipo de regalos de sus admiradores, pero lo que leyó lo sorprendió, esa tarjeta y ese ramo eran dirigidos a él.

- ¿Yukihiro Awaji? – se auto-preguntó impresionado mientras observaba bien las letras que se encontraban en ese sobre. Abrió dicho elemento encontrando la tarjeta en color rosa claro y unas letras que parecían desprolijas apropósito -. ¿Será una broma? – de nuevo una pregunta al aire cuando empezó a leer lo que decía la tarjeta –. Se que haz estado triste Yukihiro, y he decidido mostrarte desde ahora, cuanto te he amado, durante este mes te enviaré todos los días una carta de amor para que sonrías nuevamente, y me dejes ver esos ojos brillando. Te amo con locura.

Se sonrojó violentamente. Hacía menos de diez minutos estaba pensando en eso mismo, la falta de romance en su vida, la falta de alguien que le hiciera recordar cosas de su adolescencia, pero todo era solo una estúpida utopía de algo que podría ser pero no es. Se mordió los labios auto convenciéndose que esa carta no existía y que sólo era una broma de alguno de sus amigos, pero mientras más la leía, más le parecía que era real.

Dejó la tarjeta y tomó las flores, era de las que a él tanto le gustaban, parecía un arreglo para una chica, pero era un detalle, un detalle sólo para él. Abrazó el ramo sintiendo el aroma, un aroma a jazmín dulce, un aroma que embriagaba y que tenía un perfume que le parecía tremendamente familiar, aun así, no le dio importancia y sólo quiso vagar un poco en su mente, soñando con quién pudo haberle dejado este hermoso regalo.

- ¡Yukki! – una voz lo hizo salir de sus sueños -. ¡Te estábamos esperando abajo! ¿Hm? ¿Yukki?

- ¿Eh? ¡Lo siento Tetsu! – Dijo dejando el ramo -. ¿Qué decías?

- Qué te estábamos esperando abajo, en el estudio del subsuelo – dijo señalando con su dedo índice hacia abajo.

- ¡Oh! ¡Ya veo! Con razón no había nadie aquí arriba – dijo tomando rápidamente la tarjeta, metiéndola en su bolsillo.

- ¿Hm? ¿De quién es ese ramo? – preguntó con curiosidad.

- Mío, me lo regalaron a mi – musitó con un ligero sonrojo y una sonrisa.

- ¿Hm? ¡Ah! ¡Genial! Así te levantará el animo, hemos estado preocupados porque te veías triste Yukki, me alegro que ahora estés mejor – musitó bajando la cabeza, saliendo de allí; Yukki alzó la ceja pero igual le siguió, ambos tomaron el ascensor y llegaron al estudio del sub suelo.

- ¡AY, AY! ¡Al fin llegan! – Se quejó un Ken bastante aturdido -. ¡Estábamos esperándolos desde hace mucho!

- Mentiroso, acabas de llegar - dijo Hyde cruzando los brazos.

- ¡Bueno! Esta bien que uno se quede dormido debes en cuando ¿no? – preguntó mirando a Tetsu, buscando contención.

- En tu caso, debes en cuando es siempre, Kitamura – respondió su amigo de la infancia negando con la cabeza mientras sonreía.

- ¡Bah! Como si nunca hubieras llegado tarde a ningún lado – dijo Ken sentándose en una silla -. ¡Yukki! ¡Que bueno verte con ese semblante! ¿Algo te alegró el día?

- No sé por qué eso me sonó con un dejo de perversidad, Kitamura – dijo Yukihiro respondiéndole con un pequeño toque sarcástico, impropio en el rubio –. Pero sí, algo me alegró el día, y no es lo que piensa tu morbosa mente.

- ¡Ay Yukki! Siempre me tachas de pervertido.

- Pues no te puedo tachar de otra cosa que no sea esa – dijo desafiante.

- ¡Bueno, bueno! ¡Basta de peleas! – Dijo Tetsu aligerando las aguas entre esos dos –. Bien, empecemos con el nuevo álbum.

- ¡Tengo aquí unos demos! – Dijo Hyde sacando sus grabaciones -. ¿Les parece escucharlos?

- ¡Dale! quiero pulir esa basura que trajiste – dijo Ken con una sonrisa.

- ¡No es basura! – dijo Hyde fingiendo molestia.

- ¡Ya basta Ken! Deja a Hyde – de nuevo intervino Tetsu.

- ¿Hm? – Yukki miró las letras de las canciones -. ¡Que buena canción Hyde!

- ¿Eh? – Mirando la canción que Yukki había tomado - ¡Ah! Pensé Poner un poco de diversión en este álbum.

- Bueno, déjame ver, yo tengo algunas canciones por aquí – dijo Tetsu hurgando entre sus cosas sacando varios papeles –. Míralos Hyde y dime que opinas.

- A ver – musitó el bajito tomando las hojas.

Ken miró hacia un costado viendo que Yukihiro acomodaba algo en un florero, era un ramo de jazmines, sonrió y se levantó caminando hacia él, para colocarle su mano derecha encima del hombro izquierdo del rubio.

- ¿Te hacen feliz los jazmines? – preguntó Ken.

- Nunca pensé que un detalle tan cursi me hiciera tan bien al alma – musitó el mayor, cerrando sus ojos.

- A veces se necesitan de esas pequeñas cosas Yukki – musitó Ken dándole dos pequeñas palmaditas en el hombro para volver a su labor con las canciones de Hyde.

Respiró suave, sintiendo el dulce olor de las flores que le habían regalado, para luego sacar de su bolsillo la tarjeta. Abrió sus ojos y la observó, cada detalle, cada pequeño detalle de aquel hermoso regalo que había recibido de un amor secreto. Esa tarde empezó con las grabaciones del nuevo álbum, muy a pesar de que su mente divagaba por aquellos sueños que, en alguna parte del mundo, alguien pensaba en él.

---------------------------


Una tenue luz amarilla alumbraba lo que sería la pequeña cocina de su departamento. Llevaba puesto un mandil blanco con el que siempre cocinaba, y una coleta que amarraba su cabello rubio. Miró la hora. Eran ya pasadas de las ocho y aun no tenía nada para comer. Había preparado ramen, una comida que a él le encantaba, y había puesto un poco de su música electrónica.
Sin pensarlo, tocó con su mano desnuda la cacerola hirviendo, haciéndolo saltar y morderse los dedos quemados con el ceño fruncido.

- ¡Y la puta madre! – insultó y tomó una servilleta para sacar la cacerola del fuego.

Miró de nuevo el horario y suspiró, aun le faltaba un poco para comer. Se acomodó el cabello hacia atrás y sintió el timbre sonar, le parecía raro ¿Quién tocaría a esas horas? Caminó con pasos lentos y decididos hacia la puerta, empuñando una escoba en su mano derecha y con los ojos entrecerrados, él no llamó a nadie, y muy pocos sabían su dirección, por lo cual, o era un estúpido haciendo bromas o un asesino serial dispuesto a desmembrarlo. Cualquiera que sea la respuesta, tendría una triste y tortuosa cita con el palo de escoba.
Abrió la puerta mirando para ambos lados pero sólo una ráf*ga de viento paso por allí, quedó shokeado, quieto, analizando cada movimiento, cada sonido. Miró hacia atrás en busca de algo que le hiciera dudar, pero nada, seguro debió ser el mocoso del departamento de al lado que andaba jugando. Suspiró. Cerró la puerta tras si y arrojó la escoba a un costado para luego notar que estaba pisando algo. Bajó su mirada y vio una carta que sobresalía de su pie derecho. Levantó y tomó dicho sobre con extrañeza.

- ¿Hm? ¿Qué es esto? – se auto-preguntó, mirando mejor. Lo abrió lentamente y sacó de allí un papel el cual extendió.


Cada día que pasa, más me enamoro de ti.
Si supieras quien soy, pensarías que estoy jugando,
No me creerías, y te irías de mi lado.
No quiero eso, no quiero verte sufrir.
Déjame ver tu hermosa sonrisa un día más.

Te amo.



- Aaah – suspiró y sonrió mordiendo suavemente su labio inferior, algo en esas letras le hacía dudar un poco, en realidad, la gramática y la ortografía de la primera carta como de la segunda, eran idénticas, los Kanjis fueron escritos con el mismo puño que escribió la primera carta –. Esto me da mala espina, ¿Debería hablarlo con Tetsu o los chicos? – se preguntó a su mismo y suspiró nuevamente, estaba suspirando demasiado.

Caminó hacia la cocina donde empezó a mezclar su sopa mirando de reojo la carta. Mejor era consultar primero a los chicos para luego saber que hacer, le estaba empezando a asustar el hecho que le haya llegado una carta en el estudio Kioon record y también en su casa, algo le daba mala espina y le hacía dudar.


----------------------


Los cuatro laruku estaban sentados en una mesa cuadrada, Ken estaba fumando y mirando la carta con detenimiento mientras los otros dos esperaban el veredicto del fumador empedernido, hizo una mueca de fastidio y suspiró el humo blanco. Yukihiro lo observaba dudoso, una vez terminaron los cuatro de leer aquella carta, Ken la apoyó suavemente en la mesa y apagó su cigarro en el cenicero.

- ¡Tal vez es un asesino serial! – dijo Hyde sonriente.

- ¡¡HYDE!! – gritaron los otros tres.

- ¿Qué? ¡Puede ser! ¿No?

- Mmm – musitó incomodo el baterista.

- Tranquilo Yukki, no creo que sea un asesino – musitó Ken, prendiendo otro cigarro.

- Tal vez es alguien que te ama – dijo Tetsu sonrojado, mirando a Yukki de reojo.

- ¿Pero quién? – preguntó y pasó su vista por sus tres compañeros.

- Mmm, no sé – dijo naturalmente Kitamura, alzando sus hombros.

- ¿Por qué no analizas mejor? Digo, ¿Quiénes tienen la dirección de tu departamento? – preguntó Tetsu con interrogación.

- Em, bueno tú, Ken, Hyde, el manager, y uno o dos empresarios importantes de Kioon…..también unos amigos – musitó y suspiró –. Pero no creo que ellos me hayan enviado cartas de amor.

- ¿Ninguna chica? – preguntó Hyde mientras encendía un cigarro.

- Mmm, no, ninguna chica tiene mi dirección – dijo alzando sus hombros.

- ¿No tienes vida sexual? – preguntó Hyde con una socarrona sonrisa. Los chicos se rieron, con excepción de Yukihiro.

- En realidad, no – musitó Yukki bajando la cabeza. Tetsu lanzó una mirada con reproche a Hyde el cual simplemente levantó las manos en forma de “yo no fui”.

- Tranquilo Yukki, ¡Ignora lo que te diga esta cosa! – dijo Tetsu mientras caminaba hacia al lado de Yukihiro y le rodeaba con un brazo pasándolo por sus hombros.

- Gracias Tetsu-kun.

- ¡¿CÓMO QUE COSA?! – dijo fingiendo molestia el más pequeño a lo que todos rieron.

En eso se abre la puerta y los cuatro miran a la chica que sostenía una cajita y una carta en su mano, la joven pasó e hizo una reverencia.

- Señor Awaji, se le fue dejado esto en la recepción – dijo la niña dejando la caja y la carta.

- Gracias Imari – dijo Yukki levantándose de su asiento tomando la carta y la caja. La niña se retiró.

- ¿Hm? ¿Qué es Yukki? – preguntó Ken con ligera sospecha.

- Otra carta de esa persona.

- ¿Cómo sabes? – preguntó Tetsu.

- Su letra es idéntica, además, siento un ligero olor, un perfume particular en la carta – musitó oliendo la fragancia de la carta.

- ¿Qué tipo de perfume? – Preguntó Hyde levantándose, Ken rápidamente alejó a Hyde de la carta - ¿Eh? ¿Qué tienes?

- ¡Nada! Seguro ibas a hacer algo malicioso – dijo Ken y el más bajito lo miró de reojo.

- ¡Ay! ¡Siempre me agarras! – dijo apartándose de la carta, Yukki miró la escena ¿Acaso ocultaban algo esos dos?

- Em, a ver que es esto – musitó Yukki abriendo la caja y notó que dentro había una barra de aquel costosísimo chocolate con leche que tanto le gustaba -. ¡POR DIOS! ¡Este chocolate sólo se consigue en Chiba! – Dijo mirando la envoltura -. ¡No puede ser! Hace tanto tiempo que quería comprarme uno, pero sólo se venden en allí, es exquisito.

Yukihiro brillaba con luz propia al tener el chocolate en sus manos y a nadie le pareció más tierna aquella imagen del goloso Yukihiro devorando aquella barra, Ken sonrió al igual que Tetsu, parecía un niño.

- ¡No es justo! A mi nadie me compra nada, ¡Tetchan! ¡Deberías comprarle algo a tu vocalista estrella! – se quejó el vocal.

- ¿Ehm? ¡Ay Doiha! Tú eres el centro de atención los 365 días del año.

- ¿Eh? ¡Eso es mentira! Si fuera el centro los 365 días del año, entonces ahora sería centro de atención – dijo con sagacidad, el enano endemoniado.

Yukihiro observó de nuevo cada detalle, la carta era la misma, el perfume era parecido, y los kanjis estaban escritos de la misma forma; del mismo puño y letra. Miró dudoso; en su mente decía una cosa, pero en su corazón otra. Se sintió ajeno a todo. Enamorado, viajando por montañas y cerros hacia un desconocido lago donde ahogara todas aquellas dudas y penas de amores prohibidos.
Cerró sus ojos, sólo dos minutos. Los volvió a abrir para dejar ver aquella tarjeta rosa.

Si supieras mi nombre, ya no me creerías.
Si supieras que muero por ver tu sonrisa.
Estoy junto a ti, siempre lo he estado.

Mi amor, nunca llores, siempre ríe.
No soy alguien que goce de hacerte daño.
Sólo soy un alma en pena, buscando un refugio en tu corazón.

Te amo.



De nuevo esas cartas de amor, esas que sonaban en su corazón perturbado por la confusión. Miró a su alrededor. ¿Hyde? ¿Ken? ¿Tetsu? ¿Alguno de ellos será? ¿El egocéntrico Hyde? No, estaba seguro que Hyde no pensaría en nadie que no fuera el mismo. Aún hoy esta buscando la atención de todos haciendo cualquier cosa para que lo miren, llenar ese vacío existencial con simple adulación de sus pares; eso era lo que hacía Hyde.
¿Acaso era Ken? ¡Bah! ¿Ken? Apenas sabía enviar correos electrónicos. No se imaginaba a ese chico tomando una lapicera y ponerse a escribir, y mucho menos con aquellas palabras que sólo denotaban penas de amor; un corazón destrozado y sin oportunidad de ser llenado más que con el amor que Yukihiro, con su simple sonrisa.
¿Tetsu? ¡Tetsu!

Observó al castaño líder, con su mirada baja mirando las notas que le había dado Hyde. ¡No! Era imposible. Más que nada, porque el mismo Tetsuya parecía agobiado por el hecho de que Yukki recibiera aquellas cartas. A pesar de que Tetsu era el que más se acomplejaba a ser el autor de notas de amor, Yukihiro descartó esta idea inmediatamente al ver simplemente la expresión del rostro de Tetsu-kun.

De nuevo estaba envuelto en lo mismo, de nuevo las dudas volvían en su mente, disparando teorías que acongojaban a su corazón; teorías ciertas o inciertas, con mentiras o con verdades. Observó a sus amigos, analizándolos, para luego colocar la tarjeta en el bolsillo.

- No sé quien sea esa persona que me envía esto, pero me estoy enamorando – musitó y los tres músicos lo miraron hipnotizados.

- ¿Enamorado? ¿No es algo precipitado? – preguntó Ken dudoso, a lo que observaba a Tetsu con nerviosismo.

- ¡Claro que no! – dijo con simpleza como si fuera obvio lo que decía -. No es apurado, estoy empezando a enamorarme, esta persona sabe lo que realmente deseo. Me da toda esa fuerza, ese apoyo que necesito. ¿Acaso no querían verme feliz? ¡Esta persona lo esta logrando!

- ¡Pero Yukki! Es un completo desconocido – dijo Tetsu pálido.

- ¡Pues no! – dijo con demasiada confianza –. Aquí mismo dice que esta cerca de mí, debe ser alguien de aquí.

- ¿De Kioon? – preguntó Hyde.

- De Kioon, de la empresa, de cualquier lugar. Sólo sé, y estoy prácticamente seguro, que es una persona que me comprende. Y También que conozco.

- ¿Qué conoces? – musitó Tetsu sonrojándose y mirando con sorpresa a Yukihiro.

- ¡Claro! – dijo y tras hacer una pausa, continuó –. Conozco este perfume, es uno suave, delicado, como olor a canela. ¿Dónde he sentido olor a canela antes?

- ¡Ma’ que se yo, Yukki! – Dijo de forma agresiva, el más bajo - ¡Tal vez estas paranoico!

- ¿Paranoico? – Yukki giró su cabeza para ver mejor a Hyde - ¿Me dices paranoico? ¿Acaso no haz visto tu mismo las cartas que me llegan? ¡Y me dices paranoico!

- Le estas dando mucha lata a esto Yukki – musitó Hyde colocándose un cigarro en su boca, prendiéndolo.

- Probablemente, esto me esta dando un brote psicótico – musitó sonriendo de costado, tímidamente.

- Necesitas descansar Yukki –dijo Ken acariciándole la espalda, el acercamiento hizo que Yukki sintiera un delicado olor conocido – ¿Qué tal si vas a tu casa y mañana seguimos hablando? ¿Si? Debes estar muy atareado.

- Tal vez, eso haré ¿Puedo, líder?

- ¡Claro! Eso no se pregunta, ve.

- Gracias Tetsu-kun, Hyde-kun, Ken-chan – musitó y se fue de allí. Ken le siguió, saliendo también del estudio.

- …..Jejejejejeje – rió Hyde, dejando el cigarro a un costado.

- ¿Hm? ¿De que ríes doiha? – preguntó Tetsu.

- ¿Acaso eres sordo “Tetsu-Kun”?

- ¿Hm? – Tetsu le miró con un dejo de duda.

- Ay Tetchan, no caes ni aunque te empujen…….Tetsu KUN, Hyde KUN…..Ken CHAN, chan chan chan jajajajaja.

- ¿Hm? ¡Eso no quiere decir nada!

- ¡Por amor de dios Tetsu! Te mueres de envidia porque sabes que Yukki prefiere mil veces a Ken, que estar con un aburrido como tú – dijo con simpleza.

- ¡No soy aburrido! – musitó enojado, cruzando los brazos; dándose la vuelta.

- ¡Por amor a dios Tetsu! ¡Avívate! Se re nota quien es el que le escribe esas cosas a Yukki – dijo mientras volvía a darle una calada al cigarro.

- ¿Hm? ¿Tú sabes?

- Jajajaja ¡Claro que si! ¿Por qué crees que Ken-chan me detuvo cuando iba a oler la carta?

- ¿Ken lo sabe?

- ¡IDIOTA! ¡Eres un simple idiota Tetchan! – dijo dándole un zape.

- ¡Au! ¡Oye! ¡Basta! – dijo molesto.

- Por amor de dios, relaciona todo lo que dije, y si aun no logras sacarlo, ve a la casa de Kenchan y tómalo por sorpresa.

- ¿Tomarlo por sorpresa? – preguntó y Haido hizo un gesto con la mano.

Tetsu analizó lo que Hyde le quería decir y sonrió socarronamente. Parece que ahora todo tenía sentido, pero, debía confirmarlo.


--------------------------


Los pasos fueron lentos, pausados. Prácticamente no se podían oír por los nocturnos pasillos. Tetsuya Ogawa sabía como entrar a la casa de su amigo, muchos años de devolverles las bromas recibidas le habían dado esa habilidad innata para abrir cualquier cerradura, además, gracias a los consejos de Hideto Takarai, había logrado no hacer ningún ruido en lo absoluto al tratar de abrir esa complicada cerradura.
Ahora se hallaba allí. Sintió sus manos temblar ligeramente mientras se apoyaba en la perilla. Inhaló y exhaló aquel aire no tan puro como el del campo, pero el único que se conocía en la ciudad y giró la manija para abrir la puerta con suavidad. La misma chirrió horriblemente, esto hizo que frunciera toda la cara y apretara sus dientes, cuando de repente todas las hojas del escritorio volaron y dejaron ver a un Ken totalmente aturdido, mirando la puerta con sorpresa. Por puro instinto, había tomado los papeles del escritorio y los escondió tras su cuerpo, sólo por instinto, mientras observaba.

- ¡Tetsu! ¿Qué haces en mi casa? ¡Y a estas horas! – musitó con sorpresa, sus ojos desorbitados denotaban el asombro.

- Emm – Tetsu no sabía que decir, es que, analizándolo de uno y otro modo, estaba en una casa ajena.

- ¿Tetsu? – Preguntó de nuevo, dando un paso hacia su receptor.

- Debo decirte algo importante, Ken – musitó el castaño mientras observaba detenidamente el cuerpo de su amigo, el cual, ya de por si, estaba temblando del nerviosismo.

- ¿Qué cosa? – preguntó, aunque más sonó como algo retórico, algo que tal vez, según él, no sería respondido.

- Estoy enamorado de Yukki – siseó sin que se le temblara la voz.


De repente, los dedos de Ken se debilitaron, los músculos de su cuerpo se relajaron totalmente, y los papeles que escondía con fervor, cayeron al piso, volando por el aire. Uno de ellos decidió colocarse junto a Tetsu, el cual le miró de reojo y lo levantó. Ken seguía en un estado de catálisis, casi sin respirar. El menor de ellos inició su lectura de la hoja, en voz alta.


- Hay muchas cosas que por ti dejaría, tal vez la vida misma. Nunca me importó el qué dirán, y si me importara, tú serías la única excepción por lo cual no me importaría. Yukihiro, eres mi conciencia, mi alma, mi ser. Si callo, es porque eres sordo, si no me ves, es porque estas ciego. Siempre estoy a tu lado adorándote.

-…… Pu-puedo explicarlo – dijo rápidamente Ken mientras caminó o más bien corrió, hacia Tetsu para quitarle la hoja.

- ¿Qué cosa me vas a explicar? – Dijo con tranquilidad, Ogawa - ¡Más te vale que no estés jugando con Yukki!

- ¡QUE NO ESTOY JUGANDO! ¿Piensas que si estuviera haciendo eso, no le diría en las cartas que no le digo quien soy por qué pensará que es un juego? – dijo tomando dicha nota, para abrazarla o más bien, apoyarla, con su mano derecha, en su pecho –. Tú nunca entenderás lo que es, enamorarte de alguien que piensa que eres sólo una noche de juerga.

- ¡Pues deberías cambiar!

- ¿Quién me creería? ¿Quién Tetsu? – Preguntó –. Acaso ¿No fuiste tú el que recién, tras descubrir que yo era el anónimo, me dijiste que dejara de juegos? ¡Tú, que eres mi mejor amigo!

- ¡Lo sé, lo sé! Es la primera impresión, pero si cambias…….tal vez….

- ¡No Tetsu! Si cambio, pensarán que estoy loco o paranoico, no quiero eso ¡No quiero! – dijo dejando la carta en la mesa –. Viaje a Chiba para comprarle su chocolate, sé que le gusta mucho.

- Fue un detalle muy tierno de tu parte – musitó Tetsu, bajando la mirada.

- ¿En serio estas enamorado de Yukki? – preguntó observando a su compañero.

- Si.

- ¿Y por qué no haces nada para detenerme? ¿Por qué no vas y arruinas todo? – preguntó, o más bien, trató de ver la reacción ante estas cuestiones.

- Porque sino, no amaría realmente a Yukki.

- ¿Hm?

- Él te ama, directa o indirectamente, él te ama.

- ¡No! ¡Él no me ama! ¡Ama a las cartas! A aquella persona que nunca podré ser con la imagen que tiene de mi – dijo suspirando mientras unas gotas de agua resbalaron por sus mejillas, Ken estaba llorando.

- ¡MALDITA SEA KEN! ¡Él te ama! ¿Piensas que no sospecha de ti? ¿Piensas que no sintió ese ligero olor a canela en sus cartas? ¡Tú olor Ken! ¡Tú olor! – dijo Tetsu señalándole.

- ¿Eh? – Ken esta vez si estaba confundido, miró a Tetsu con asombro.

- ¡Hyde se dio cuenta cuando lo detuviste! Y Yukki no es ningún tonto, él sabe que fuiste tú, creo que eres muy obvio, además, eres un completo imbécil ¿Cómo enviarle cartas a la casa? ¡Nadie sabe donde vive Yukki más que nosotros! ¡Es obvio que se daría cuenta! – Dijo caminando hacia su amigo, acariciándole la espalda –. Ken, escúchame bien, ve y dile a Yukki lo que sientes, ya no te escondas más, no te detendré. Parte de amar a alguien, es saber cuando este alguien es feliz al lado de otra persona y Yukki es feliz a tu lado, por favor, cuídalo, y si Yukki llora, te patearé el trasero.

- ……Gracias Tetsu.

- De nada – musitó fundiéndose en un abrazo con su amigo de niñez.


----------------------------


Sus ojos cansados se abrieron por culpa de los malditos rayos del sol. Se movió un poco, pero sólo un poco, para ver el reloj que descansaba en su aparador. Eran las diez de la mañana. Quitó las sabanas de encima de su cuerpo y salió de la cama, sin antes mover sus brazos para estirarse. Llevaba puesta una playera bastante larga y unos shorts bastante cortos, esa era su ropa de dormir. Su cabello largo estaba atado, y un flequillo se asomaba, no dejando ver con claridad sus ojos. Con su mano se corrió el molesto cabello, colocándoselo detrás de las orejas, aunque algunos mechones rebeldes, quedaron adelante.

Se levantó, hizo dos pasos hacia el baño y estiró mejor sus brazos para luego seguir caminando. Abrió el grifo y se lavó la cara para luego cerrarlo y mirar su rostro en el espejo. Ya tenía treinta y cinco años, no era un niño, y la soledad había llegado a él en un momento muy repentino. Caminó hacia el cuarto y vio su cama, una cama de dos plazas donde sólo dormía él. Suspiró. ¿Este era su destino? ¿La vida de soltero? ¿Levantarse todas las noches, sintiendo que no ha logrado lo que quería, tener una familia junto con el éxito y la fama?

De repente sonó el timbre y observó la puerta de su cuarto, tras ella estaba la entrada a su casa. Sudó frío ¿Sería de nuevo aquel extraño que le enviaba cartas? ¡Quien sabe! Lo único seguro era que se sentía nervioso, débil, bajo. Tragó con dificultad y se acercó a la puerta dando grandes pasos, en su caminó, tomó su bincha y se la colocó en su cabeza. Mordió su labio inferior y recordó que estaba en pijama, pero ¡Que más da! Abrió la puerta y se sorprendió al ver quien estaba del otro lado.

- ¡Ken! ¿Qué haces aquí? Hoy es domingo – dijo sin entender el porque su amigo se aparecía de la nada.

- Ho-hola Yukki, vine……em, vine a traerte esto – musitó dándole un sobre.

- ¿Hm? ¿Qué es esto Ken? ¡Mi cumpleaños fue hace dos semanas! – dijo sonriendo, tomando lo que le extendía Ken.

- Lo sé, lo sé, fue antes que el mio – musitó Ken algo sonrojado, cosa que sorprendió a Yukihiro -. ¿Puedo pasar? Hace frío aquí afuera.

- ¿Hm? ¡Ah sí, sí, pasa! – dijo abriéndole más la puerta para que el joven Kitamura pudiese entrar.


Ken caminó y cerró sus ojos, sintiendo el aroma a Yukki, ese aroma a vainilla, tan dulce y embriagador, ese aroma que sólo él tenía, y que nunca se cansarían de oler y mucho menos Kitamura.

- Por cierto ¿A qué se debe esto? – dijo señalando la carta.

- Cuando la leas, lo sabrás.

- ¿La escribiste tú? – dijo con cierta duda en sus palabras.

- Jajajaja ¡Oye! ¿Me crees un analfabeta? ¡Era el mejor de mi clase en todo jajajajaja!

- Y el más humilde, supongo jajaja – rió al mismo tiempo que Ken.

- Seguro, seguro.

Yukki abrió la carta y sacó la escritura para comenzar a leer, pero mientras leía, Ken notó como las facciones del rostro cambiaban de una sonrisa a un gesto de sorpresa. El más bajito levantó la vista sorprendido y Ken le sonrió, sonrojado y algo apenado.

- ¿K-Ken-chan….tú….?

- Si – musitó rápidamente mientras ladeaba el rostro –. Yukki, sabía que si te lo decía, ibas a pensar que era un juego, yo soy un imbécil ¿Sabes?

- Jajaja lo sé.

- Y…. ¡Oye! ¡Es algo serio y te ríes de mí!

- Lo siento, lo siento Ken-chan.

- Em ¿Qué decía? ¡Ah, sí! Sé que soy un absoluto imbécil, que ando de juerga por ahí y que esa mala imagen que tienes de mí, me la cree yo solito. Pero Yukki, hace muchísimo tiempo que tengo esto en mi corazón, estas palabras, este sentimiento que no se quiere ir – musitó acercándose, tomándole las manos –. Al principio pensé que sólo era un poco de lo mismo, ¿atracción física tal vez? ¡Quien sabe! Pero pronto, ese sentimiento se fue volviendo algo más profundo, que ni yo pude controlar. Para cuando me di cuenta, ya te había enviado la primera carta y cuando quise detenerme, me había ido hasta Chiba a comprarte ese chocolate.

- Ken…. – musitó sonriéndole de forma tierna.

- Yukki, en realidad no sé que me pasa, estoy aturdido, agobiado ¡No quiero perderte! Cuando ayer hablé con Tetchan….

- ¿Con Tetsu? – preguntó sorprendido.

- Sí, ayer hablé con él y en realidad pensé que te perdería. Me quedé sin habla, sin nada que decir, tenía miedo Yukki, tenía miedo del rechazo.

- ¡Ay Ken! – dijo en forma de reproche, aunque más para si, por no darse cuenta.

- Huéleme.

- ¿EH? – La cara en realidad de Yukki, parecía un poema, el asombro le había ganado.

- Que me huelas Yukki, que sientas el olor, mi olor, el que esta en las cartas.

Yukki tardó unos segundos en acomodar sus ideas, para luego acercarse un poco y levantar el cuello de la camisa para oler, si, olor a canela, como el olor de las cartas, también se podía sentir un dulce aroma a nicotina, pero era común en Ken oler de esa forma. Yukki se separó pero Ken le abrazó por la cintura atrayéndolo más hacia a él.

- Te amo Yukki – musitó mirándolo a los ojos.

Yukihiro se hubiera derretido en aquel momento cuando el galán de laruku le besó la mejilla dulcemente, recorriendo con suavidad la misma, hasta llegar al cuello y plantarse allí, dando pequeñas lamidas al mismo que hicieron gemir al más bajito.

- Yo también te amo Ken – musitó cerrando los ojos –. Sabía, dentro mío sabía que eras tú, y eso, eso me hizo feliz Ken.

Tras esta pequeña confesión, Ken le besó la boca, arrebatándole el aliento. Las manos del moreno se deslizaron por encima de la ropa, empezando a subirla lentamente para tocar aquella nívea piel, pero algo lo detuvo, un pequeño empujón.

- ¿Qué vamos a hacer? – dijo Yukki preocupado.

- ¿Eh? ¿Cómo que qué vamos a hacer? ¡Yukki, ya somos grandes! No es necesario que te venga con el cuento de los pájaros y las abejas.

- ¿Eh? ¿Qué haremos? – insistió.

- ¿Eh? Pero Yukki, tienes 35 años, no me digas que nunca lo haz hecho – dijo aturdido.

- ¡Tonto! ¡No ves que quiero que me digas que es lo que haremos! Quiero oírlo de tu boca – dijo juguetonamente.

- ¡Oh! Parece que Yukki perdió la inocencia hace rato – dijo también de forma juguetona mientras lo abrazaba por la cintura –. Pues, te haré el amor de manera salvaje jajajaja.

- ¿Eh? ¿Aquí? – dijo siguiendo el juego.

- ¡Aquí, allá! ¡Donde quieras! – dijo besándole el cuello con suavidad.

- Jajajajajaja ¡Ken! Me haces cosquillas – dijo riendo bajito mientras se separaba.

- ¡Oh vamos Yukki! ¿No me digas que no quieres hacerlo? – dijo con preocupación.

- ¿Crees que no? – musitó dando unos pasos hacia atrás.

- ¡Estas huyendo de mi! – dijo caminando hacia delante, mirando las hermosas piernas del rubio.

- Yo no huyo – dijo mientras retrocedía más.

- ¡Claro que lo haces, lo haces aho….! – Pero antes de que termine, los dos estaban dentro del cuarto y Yukki le miraba con cierto juego –. Vaya Yukki, si que aprendes rápido.

Tras decir esto, prácticamente se lanzó al chico, cerrando la puerta tras de si. Comenzó besando lentamente el cuello mientras sus manos se aventuraban por dentro de la playera larga, tocando aquella piel prohibida que no había sido acariciada hacía tiempo. Su lengua se deslizó desde el cuello hasta la boca, entrando en la misma, profundizando el beso.
Pronto, las prendas fueron desapareciendo y el cuerpo semi desnudo de Yukihiro fue expuesto a la merced del moreno, el cual, por simple instinto, empezó a morder las tetillas y la piel blanca, haciendo gemir de sobre manera al rubio.
Kitamura se quitó la camisa que llevaba puesta, arrojándola a metros de él, mientras sus manos recorrían aquellos músculos del mayor de ambos, sin parar en ningún punto en específico. Paró sólo unos minutos sus caricias, para abrir las piernas y quitar aquel short molesto que estorbaba, y aquel bóxer negro que solía tener el rubio. Una vez Awaji desnudo, decidió hacer jugar sus dedos en las entrepiernas del más bajo, haciéndole gemir. Bajó un poco la boca y empezó a estimular aquella zona con la misma, dando pequeños besos y chupones a la hombría.
Sus manos se deslizaron por las caderas hasta llegar a las nalgas, acariciándolas suavemente.

- ¡Ah…K-Ken….ah! – gimió Yukihiro mientras apoyaba más la cabeza fuertemente hacia atrás, cerrando sus ojos y apretando sus labios.

- Shhhh Te haré tocar el cielo, Awaji – musitó roncamente mientras se levantaba un poco para ver con perfecta claridad lo que había logrado.

El miembro de Yukihiro estaba erecto como él mismo. Decidió quitarse el cinturón y bajarse el pantalón lo suficiente para denotar su pene erecto mientras se metía cuatro dedos en la boca, salivándolos para embadurnar su miembro. Una vez hecho esta labor, decidió meterse dos, de aquellos cuatro dedos, y lamerlos nuevamente para sacarlos y meterlos en aquella pequeña entrada entre los glúteos del mayor. Suspiró. Inhaló y exhaló el aire suavemente para luego empujar uno de sus dedos de lleno en la entrada.

- ¡¡AAAAAAAH!! – gritó Yukihiro, pero aquel mismo grito fue callado con suaves besos en la boca y barbilla, lo que lo hizo relajarse mientras ingresaba un segundo dedo.

- Shhhh – cayó el moreno mientras besaba con suavidad los labios, la mandíbula y el cuello del rubio, con lentitud, con calma, con paciencia.


Ken hizo entrar y salir sus dedos rápidamente para que se acostumbraran a las penetraciones repentinas y mientras oía gemir a Yukki, se excitaba aún más de aquella forma tan sensual que tenía de moverse en la cama. Se mordió los labios, sin poder resistirlo y sacó sus dedos para tomar fuertemente las caderas y penetrarle de una sola vez hasta el tope.

- ¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAH KEN!! – gritó Yukki apretando fuertemente las sabanas de su cama -. ¡Ah! ¡Du-duele!

- Shhhh, tranquilo – musitó Ken en el oído, de manera ronca y excitada.

Yukki trató de relajarse lo más que pudo y aferrarse a la espalda de Ken, el cual, al sentir como el rubio se contraía, empezó a moverse suavemente para luego ir a un movimiento más frenético y pasional. Podía sentir con dolor, las uñas del rubio clavarse en su espalda y rasguñarla a medida que las embestidas se iban profundizando en cada golpe. Podía oír el choque de los barandales de la cama contra la pared, el movimiento brusco, y los chirridos de la misma. Aunque esta no le importaba mucho, si fuera por él, rompería esa basura que el baterista llamaba cama, todo por buscar aquel placer y que su pareja también lo obtuviera al mismo costo. La lengua de Ken ingresó a la boca sin dar respiro alguno, mientras las caderas seguían penetrando sin esperar respuesta, necesitaba sentir todo aquello muy dentro.
El miembro de Yukki, era masturbado indirectamente, por el vientre de Ken, el cual chocaba contra él y le hacía sentir más placer aún.
Todo era óptimo, el golpeteo, los gemidos, el éxtasis al que estaban llegando, el tocar el cielo con las manos, el sudor que sólo hacía resbalar las ardientes pieles que se fundían en una sola. Sintió que estaba llegando, que ya todo terminaba, que entre besos y gemidos se acababa aquel tormento, aquellas cartas de amor silenciadas por los gemidos de la mañana.

Un líquido blanco y caliente se sintió en el bajo vientre de Kitamura, haciendo con el simple calor, que descargaba su contenido seminal en el cuerpo de un Yukihiro agotado por el ejercicio físico. Un gemido ronco y fuerte hizo que acabara totalmente y que los espermatozoides del moreno, empezaran a jugar en el interior del rubio. Se acostó en aquel cuerpo pálido, sintiendo la respiración en su pecho, cerrando los ojos, notando que su cabello estaba pegado en su cara. La respiración se fue normalizando poco a poco, al igual que los sentidos y la razón, perdidos en el momento de placer, volvió a sus cuerpos.

- Necesito un cigarro – musitó Yukki acariciándole los cabellos a Ken.

- Jajajaja yo también – secundó Ken para salirse del interior, ante la queja del más grande, y besarle los labios.

Estiró su mano hacia sus pantalones y tomó su cajetilla de cigarros.


---------------------------------


Hyde observó bien a Yukihiro que había entrado por aquella puerta, ¡Se veía tan bien! Estaba sonriente y brillaba por propia luz. Tetsu también observó ese cambio y sonrió, parece que Ken había hecho muy bien su trabajo.

- ¡Vaya, vaya! ¡Miren que trajo la cigüeña! – Dijo Hyde con burla -. ¡Se te ve muy bien, Yukki-chan!

- ¿Hm? ¿Eso crees? – dijo acomodando su cabello.

- ¿Acaso tu anónimo te dio una buena noche? – dijo con una sonrisa mirando al rubio y pasó su vista, disimuladamente, por Ken, el cual estaba en un rincón, probando la guitarra.

- Pues si – dijo Yukki -. Una buena noche, mañana y tarde.

- ¡Debe ser todo una bestia! – Dijo Hyde y le dio una palmadita en la espalda a Ken el cual se quejó - ¿Y tú que tienes?

- Nada, nada.

- ¡Bah! Yo sé que tienes, Yukki te dejó unos rasguños ¿Ne? ¡Seguro que arden muchísimo!

- ¿Eh? – Yukki se sorprendió -. ¿Acaso todos saben que tu eras mi admirador secreto? – preguntó incrédulo observando a Tetsu y Hyde.

- ¡Era tan obvio, que casi con Tetchan hicimos una tabla de apuestas! – musitó Hyde alardeando.

- ¿Tan así? – dijo decepcionado.

- No le hagas caso a Hyde, Yukki – musitó Tetsu dándole una palmadita en la espalda y caminando hacia uno de los estudios de junto, Hyde le sigue.

- ¿Qué tienes? – preguntó Hyde a Tetsu.

- Nada, es que, por un momento, pensé que podría ser Yukki mi verdadero amor…….pero al final, terminé con el corazón roto – musitó Tetsu suspirando.

- ¡Ay Tetsu! Es que eres muy ciego hombre, hay una persona que te ama, esta loca por ti, pero tú ni cuenta, y al final la terminaras perdiendo – dijo prendiendo un cigarro.

- ¿Hm? ¿De qué hablas?

- No te puedo resolver todos los acertijos Tetsu, pero si quieres saber, mira esa carta de allá, es para ti, te llegó hoy, pero no te la di porque quería leerla yo primero jejeje – se va corriendo.

- ¿Eh? ¡OYE…..! – cuando iba a recriminar, Hyde se había ido por lo cual no le quedó otra que suspirar y tomar la carta para leerla.


Se que estas enamorado de Yukki, que nunca podrás verme más que como amigo, pero vale la pena al menos habértelo dicho. No quiero que cuando salgas de este estudio, me veas con otros ojos, sólo quiero decirte que fuiste y serás el amor de mi vida, y aunque no tengas ojos para mi, yo siempre los tendré para ti. No me hables por favor, no me hables ni me mires al salir del estudio, haz como si esta carta jamás la hubieras leído, no quiero que la misma influya en tus sentimientos, me odies o me quieras según lo que te digo, no quiero ser paño de lágrimas ni mucho menos. Sólo quiero que sepas, que nunca estarás solo, que siempre estaré yo, que pase lo que pase, siempre estaré para ti. Ken y Yukki se aman, tu lo sabes y por eso no interfieres, me alegra que sepas eso, y como yo te amo a ti, seré feliz cuando escojas tu camino, cuando veas al amor de tu vida a los ojos y te cases con él o ella, se que esa persona jamás seré yo, pero déjame soñar que si lo soy.
Por favor, te pido que no me hables cuando termines de leer esta carta, no me hables porque sino lloraré, lloraré por saber tu rechazo o aceptación, lloraré porque se que tu amor hacia mi puede ser mentira o simple pena. No me mires por favor, no me hables, por respeto, respeto a este corazón que late por ti, por respeto que sabes, que jamás podemos estar juntos como ellos dos, como Yukki y Ken, ya que mi matrimonio lo impide todo.

Te amo.

Hyde.



Abrazó aquella carta, esa carta de amor como Ken le había escrito a Yukki, una que denotaba los sentimientos de Hyde hacia él, y que él, tan ciego, nunca pudo leer en los ojos, de quien, tal vez y sólo tal vez, era el amor de su vida.



FIN.
 
Top
hydefan
view post Posted on 17/2/2009, 06:29




Odio el Haitsu
No es real
dejando eso de lado
muy genial personaje d hyde
pero...
Tetsu enamorado d Yuki
eso fue raro
espero mas fiques
 
Top
Kaoru Yuuki ^^
view post Posted on 17/2/2009, 21:30




A mí me encantó *-* Como ya lo dije antes, amo TOOODAS las parejas, aunq posta trauma el hecho d q Tetsu esté enamorado d Yukki O.o Es como... no sé, es raro T__T

Pero amo el Kenki y el Haitsu, lo sabés *-* Me gustó cómo escribiste este fic, xq fue como re shonen ai cn su toque perfecto d lemon. Es como q ambas cosas se complementaron ree bien. Me cagué d la risa cn las actitudes d Hyde xD Y amé la escena d Tetsu entrando en el departamento d Ken xDDD Posta q me la ree imaginé, fue re atroz!

T felicito, Tet, me encantó n.n

AGUANTE EL KENKI AUNQ A NADIE EN EL CLUB LE GUSTE!! >.<

T apoyo, compañera! ;D xDDD
 
Top
2 replies since 17/2/2009, 02:29   169 views
  Share