Laruku no Tenshi

El año que viene a la misma hora..., Toshiki (Toshi + Yoshiki- X-Japan)

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hydefan
view post Posted on 2/2/2010, 04:14




Este fic se lo escribí a mi Pau. Se lo di y se lo leí en el micro rumbo a nuestras vacaciones 2010, Espero q le haya gustado. Es mi primer fic d otra banda q no sea L'Arc. Denle una oportunidad.



El año que viene a la misma hora...

Hacía años que el matrimonio con aquella mujer era un hecho. Si tan sólo le hubiera dicho algo, aunque sea un gesto durante ese día, él lo hubiera amado toda la vida.
Pero ambos habían sido muy cobardes, muy inmaduros. La prensa, los amigos, la familia, la temprana muerte de Hide, todo había sido un obstáculo que les impidió concretar su amor.
De esto habían pasado 9 años. Y ese tiempo ni una sola llamada, ni una sola carta, solo el recuerdo mantuvo vivo su amor. Pues no había necesidad de engañarse, no importaba la distancia, el tiempo o con quién se acostasen todas las noches, ellos se amaban.

Estados Unidos había cicatrizado su herida, mas no había matado el amor que sentía por su amigo de la infancia. Pronto se cumplirían 10 años de la muerte de aquel arco iris que había iluminado su vida. Tenía que ir a verlo, pero ello significaba regresar a Japón y correr el riesgo de verlo otra vez. No importaba, algo en su corazón le decía que tenía que hacerlo. La noche antes de partir miles de dudas lo asaltaron. ¿Hacía bien? Ya habría tiempo de pensar en eso. En cuanto pisó su tierra natal cientos de recuerdos lo asaltaron: su madre, sus juegos de niño, su primer sala de ensayo, sus esfuerzos por ser la mejor banda de Japón, su Toshi. Sí, su Toshi, siempre lo sería...

No podía creerlo, su Yoshiki estaba de vuelta en Japón. Le dolía, le dolía verlo porque sabía que su amado no estaba ahí por él sino por Hide. Desde que aquel ser multicolor entró en sus vidas, sintió unos celos terribles. Sólo él quería ser el causante de las risas y de las lágrimas d su baterista. Con el tiempo, sin embargo, llegó a sentir cierto cariño por el excéntrico guitarrista. Antes de partir a la casa de sus padres, su esposa le había dejado sobre la cama el traje y arreglo floral adecuados para visitar la tumba de su entrañable enemigo. Hacía 10 años que no lo veía, ya era tiempo de cerrar esa herida: - Después de todo tu no tuviste la culpa, nosotros mismos fuimos quienes sellamos nuestro destino.
Al llegar al cementerio y verlo arrodillado frente a aquella tumba, sintió que los celos, que tan perfectamente había guardado en su interior, se reavivaban. Estaba llorando y eso lo destrozaba. No quería que nada ni nadie lastimase a su amor, ni siquiera un recuerdo. No supo cómo, ni pudo evitarlo, pero en unos minutos se encontraba abrazándolo por detrás. Al sentir esos cálidos brazos, Yoshiki dio un respingo. Pero al saber a quién pertenecían, su cuerpo se relajó...

- Toshi: ya no llores, por favor.

Lo tomó y lo obligó a cobijarse en su pecho. Su pequeño aún lloraba. Palmeó la espalda incontables veces, pero no conseguía calmarlo. Al cabo de unas horas, el baterista se quedó dormido. Lo tomó en brazos y lo llevó hasta su auto. Condujo durante algunas horas, no sabía qué hacer, ni a dónde ir.
Su casa parecía ser el único lugar adecuado. Al llegar lo recostó en su cama. Demonios, pensó. Esa debió haber sido la cama que compartiesen todas las noches. ¡Qué cruel era el destino! Se recostó a su lado, hacía tanto que no sentía su calor. Sus manos se movieron solas y pronto se encontraban acariciando ese bello rostro. Jamás lo había probado, pero había tanto deseo en sus caricias.
Ante el contacto, despertó. Abrió lentamente los ojos y notó que no reconocía el lugar. Se asustó, no sabía dónde estaba, pero de inmediato el otro intentó tranquilizarlo...

- Toshi: no te asustes, estas conmigo.
- Yoshiki: qué hago aquí?
- Toshi: ayer te quedaste dormido mientras visitabas a Hide.

Al escuchar ese nombre, no pudo retener más las lágrimas que hacía rato amenazaban con escapar de sus bellos ojos. Toshi se levantó ofuscado y anunció que iría por algo de comer. Acaso se había molestado? Por qué? Ellos no eran nada. Tal vez ni amigos eran ya. Entonces por qué esa actitud. Se levantó y recorrió la habitación. Todo estaba limpio y hermosamente decorado. Intuyó de inmediato que eso no era obra de Toshi, sino de una mujer, su mujer. Sonrió melancólicamente. Se sentó en la cama y esperó pacientemente la vuelta de su cantante...

- Toshi: toma, aquí tienes. Por favor, cambia la cara. Hace 10 años que murió. Ya es hora de que lo superes. No crees? Hazlo por ti y por él.
- Yoshiki: no estoy así por Hide. Hace mucho que superé su muerte.
- Toshi: entonces, por qué tienes esa cara? Si te incomoda mi presencia, puedo irme a la sala.
- Yoshiki: si haces eso las lágrimas que estoy intentando retener se van a escapar. Por favor, no lo hagas, sabes que no me gusta comer sólo.
- Toshi: solo por eso quieres q me quede aquí?
- Yoshiki: no me lo hagas más difícil, Toshi.
- Toshi: Por qué te fuiste? Por qué me dejaste?
- Yoshiki: por qué te casaste?
- Toshi: por qué no me amaste como yo te amaba?
- Yoshiki: tenía miedo, mucho miedo. Éramos todo y de pronto no éramos nada. Con la muerte de Hide sentí que todo mi mundo se desmoronaba.
- Toshi: YA NO LO NOMBRES!!! Estoy cansado de escuchar su nombre. Siempre él. Ya esta muerto, lo entiendes? MUERTO!!!!
- Yoshiki: él...él era mi amigo, es lógico q su muerte me entristezca de por vida. No puedo prometerte no pensar en él o llorarlo. Pero nunca lo amé, jamás fuimos amantes. Hide estaba más allá del amor de pareja, para él el amor estaba mucho más allá de eso. Sí, yo tampoco lo entendía entonces, ni lo entiendo ahora. Él era mi amigo, mi hermano, mi confidente. Él fue la primera persona a la q le dije: “Amo a Toshi”, él me escuchó, me vio llorar, secó mis lágrimas y me alentó para q t dijera lo q sentía. Pero tu lo malinterpretaste. Luego mi amigo murió. Y antes de que pudiera hacer el duelo, tu te casaste. No me diste tiempo a nada. Entonces, me fui. Ya no tenía nada importante aquí, tan solo malos recuerdos.

Toshi no salía de su asombro. Siempre pensó que su Yo-chan amaba al pequeño guitarrista multicolor. Pero ahora éste le confesaba lo que él siempre había querido escuchar. Celos, esos malditos celos lo había llevado a la locura del matrimonio. Sin embargo, ya no había marcha atrás. Ambos eran adultos e intentar regresar al pasado era algo que no se les estaba permitido. Pero no iba a dejarlo escapar, no sin probar ese cuerpo, una vez al menos. Él quería curar ese corazón, cobijarlo, apresarlo de por vida. Lo tomó de los hombros y lo recostó suavemente...

- Yoshiki: Qué haces?
- Toshi: hacerte mío...
- Yoshiki: claro q no!!! Yo no soy segundo de nadie y menos de tu esposa.
- Toshi: tonto, tu nunca has sido segundo de nadie. No importa con quién comparta mi cama, tu eras y sigues siendo el primero en mi corazón. Eres mi amor...

Yoshiki quedó prendido d esas hermosas palabras. Muchos le habían dicho frases parecidas, cargadas de falso amor, de falsa pasión, pero las de su Toshi contenían todo. El mundo parecía pequeño frente a las palabras dichas por el cantante. “Quiero hacerte mío”, dijo el de menor estatura. Pero el blondo no respondió. No podía hacerlo.
Por fin podía tocar los brazos, el torso desnudo y la espalda de su Toshi. El sonrojo no se hizo esperar. Toshi lo miraba omnubilado. Sabía q Yo-chan era hermoso, todos lo sabían. Su cabello, sus ojos, sus manos, su piel, sus labios, todo...
Pero él era más dichoso que cualquiera, porque solo él podía ver esa expresión cargada de excitación, de pasión, con ojos nublados, mejillas coloradas, respiración agitada, todo un verdadero espectáculo. Y lo acariciaba, lo acariciaba tanto. Pues sabía q ésta era la primera y tal vez, última vez que lo tendría debajo de su cuerpo. Necesitaba grabar cada marca, cada expresión, cada lágrima que saliera de sus bellas orbes.
Durante algunos minutos lo llenó de besos y caricias. Con sumo cuidado colocó cada pierna de su amado en sus hombros. Quería entrar, su miembro se lo pedía y aquella entrada, ya dilatada, lo necesitaba. Lo hizo. Los gritos de dolor, mezclados con placer y desahogo no se hicieron esperar. Años aguantando el deseo, el amor, la pasión, desquitándose con cualquiera en sus camas. Entonces, era entendible, claro que lo era. Allí había amor, aquel sentimiento que algunos poseen fácilmente, sin luchar y otros, como ellos, debían obtener combatiendo contra múltiples pruebas.
El vaivén lento, al principio, fue aumentando su ritmo. No había testigos, sólo ellos. Para qué más. Lo sabían. Esto estaba mal. El secreto debía ser guardado. Nadie, excepto sus corazones, podrían saber de esto.
No querían que acabase, deseaban que esa noche fuera eterna. Pero el final estaba cerca. Entre jadeos, el cantante decidió hablar: - Puedo...puedo acabar dentro?
El baterista solo asintió. Toshi lo necesitaba. Deseaba marcar ese cuerpo para que nunca olvidase que su único dueño era él. En un suspiro ambos acabaron, Toshi dentro de Yoshiki y éste entre ambos estómagos. El cansancio afectó sus brazos y cayó sobre el suave pecho de su amante. Pudo sentir el agitado corazón d su Yo-chan, y se creyó dichoso, pues sabía q él era el causante de eso. Se recostó a su lado y colocó aquella cabeza, con sus rubios cabellos, sobre su pecho. Entonó algunas canciones q antaño ambos compartieron sobre un escenario. Y lo hizo dormir.
La luz del sol lo despertó temprano. Estiró su brazo para tocar a su amante, pero solo pudo sentir las suaves sábanas. Se levantó presuroso, asustado, su Yo-chan ya no estaba a su lado. Se colocó algo de ropa y corrió a la puerta, quería alcanzarlo. Allí, en el hall, encontró una nota. Palabras claras, pero cargadas del más profundo amor...

Mi querido Toshi:
Te amo, te he amado siempre. Jamás me perdonaré haberte perdido. Jamás podré aceptar q seas de otra persona. Pero sé que nada puedo hacer contra ello. Hace 10 años morí junto con mi amigo, pero ayer reviví, y me siento lleno nuevamente. Y tú eres el causante de ello. Sé que no estoy en condiciones de pedir, ni exigir nada, pero te ruego q no me abandones. Una noche, solo eso, una noche al año. Que el día del aniversario de la muerte de Hide sea nuestra fecha, nuestro día. Te estaré esperando “el año que viene a la misma hora”.
Tu Yo-chan



Se dirigió a su habitación, cambió las sábanas y esperó pacientemente el regreso de su esposa.
Dobló la carta y la guardó en su mesita de noche. Un contrato de por vida había sido firmado esa noche y él estaba feliz de respetarlo por siempre...

FIN!!!!
 
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